Valle del Almanzora

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Entre dos sierras

La cuenca del río Almanzora, en el tercio septentrional de la provincia de Almería, define básicamente el territorio ocupado por la comarca del mismo nombre. Esta cuenca del extremo oriental andaluz, prácticamente equidistante de Almería, Granada y Murcia, queda enmarcada por dos grandes sierras, la de los Filabres y las Estancias, cuyas alturas y picachos sobrepasan en ocasiones los 2.000 metros, como ocurre en Calar Alto, la Tética de Bacares y el Puerto de Lúcar. Veintisiete pueblos conforman esta comarca que ha estado habitada desde el Paleolítico, etapa de la que aún podemos observar restos en La Cueva de los Tesoros en Bacares. Del periodo fenicio, cartaginés y romano se conservan los núcleos de “Tagili” (Tíjola) o el acueducto romano de Albanchez, entre otros. De la época nazarí, que llega hasta 1488, quedan numerosos restos arqueológicos y construcciones defensivas, vestigios a los que se suman el testimonio artístico de la Reconquista, con el estilo mudéjar de sus iglesias, levantadas durante el siglo XVI dentro de un acelerado proceso de cristianización de la zona. Más adelante, la explotación de minas metálicas (sobre todo de hierro) hoy agotadas, de canteras de calizas marmóreas y de arcillas para alfarería constituyeron una de las principales actividades económicas de la comarca, dejando una huella arquitectónica en diversos puntos. Aún hoy, la explotación del mármol, con más de 25 canteras activas, confiere una actividad próspera a las localidades cercanas a las explotaciones. Un claro ejemplo son Macael y Olula del Río, localidades situadas en el centro de la comarca.

Escapada por la naturaleza

La comarca del Valle del Almanzora es uno de los grandes pulmones verdes de Andalucía. Situada entre las sierras de los Filabres y las Estancias y recorrida por el río que le da su nombre, ofrece al visitante una belleza insólita, singular y llena de contrastes. En la Sierra de los Filabres se halla el Calar Alto, a 2.168 m. sobre el nivel del mar, que representa el techo de la Sierra y del Valle del Almanzora. En su cima encontramos el observatorio astronómico, uno de los más importantes del mundo por su sofisticación y vanguardia. El Calar Alto es uno de los espacios naturales más peculiares de España y sus vistas son realmente excepcionales. Además, tanto en la Sierra de los Filabres como en la Sierra de las Estancias, encontramos numerosas áreas recreativas de fácil acceso y desde las que parten rutas a pie que nos descubrirán la naturaleza en estado puro.

De ruta por los pueblos

El paisaje verde intenso del Valle del Almanzora nos lleva hasta Serón, hermoso pueblo situado en la ladera norte de la Sierra de los Filabres. Situado en el punto más alto del pueblo y arropado por una red de calles estrechas se halla el castillo de Serón una construcción nazarí del siglo XIII que ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de los siglos. Ejemplo de ello es la torre de estilo neoclásica añadida en el XIX. Esta fortaleza le permite a Serón formar parte de la Ruta de los Castillos por tierras andaluzas. A sus espaldas, al sur, tiene la bellísima Sierra de los Filabres, al frente el río Almanzora y en la distancia, la Sierra de Las Estancias, el profundo arroyo de Bolonor y la verde colina de Alcoinaza, con unas preciosas vistas. Los atractivos del entorno de Serón se reparten entre sus diferentes cuevas, como la de la Sarna o la de la Morciguilla, donde se han encontrado restos del Neolítico, y sus enclaves naturales de gran belleza como la ruta de Las Menas-Pozo de las Nieves o la de Los Angostos-Jordana. El viajero que quiera degustar los manjares típicos de su gastronomía, deberá probar, además de su jamón y otros embutidos derivados del cerdo, platos como las migas cortijeras, los grullos con liebre, conejo o perdiz, los hormigos, las gachas o los andrajos. Entre su repostería se encuentran dulces como los hornazos, los mantecados carrasqueños o la leche frita. El primer fin de semana de julio se celebrará en este pueblo jamonero una feria de embutidos y jamones, fiesta que congrega a miles de visitantes en el Día del Jamón, cuando se degustan cerca de 300 jamones y 2.000 kilos de embutidos de la comarca.

Siguiendo la tradición de los santos San Antón y San Sebastián de los Filabres, en Armuña de Almanzora, situada en el Alto Almanzora, entre Tíjola y Purchena, se festeja San Antón Abad lanzando caramelos, roscos de pan y rosas de maíz al paso de la procesión del santo. Este día, es tradicional celebrar en este municipio las denominadas "migas de San Antón". Este rico plato se acompaña de caldo de pimentón, pimientos y tomates secos fritos, pescados y riquísimas tajadas, todo ello regado con vino de la comarca. La historia oral dice que era costumbre que el párroco comprara en el mes de mayo un cerdo y lo dejara suelto por las calles –“marranico de San Antón”- para que fuese alimentado y cuidado por los vecinos a partir de las sobras alimenticias de cada casa. En la fiesta de San Antón, que coincide con la época de matanzas, el cerdo se sorteaba entre los vecinos con el fin de obtener fondos para comprar el aceite que consumía la lámpara del santo. Esta lámpara estaba siempre encendida como petición para mantener vivos a todos los cerdos antes de ser matados para las matanzas caseras. Hoy día, la fiesta consigue reunir a numerosas familias y se completa con la procesión y el popular banquete gastronómico de cocido con rabo de cerdo o las populares migas cocinadas por las amas de casa más entendidas. En la gastronomía de Armuña de Almanzora se engloban platos típicamente andaluces como el potaje blanco, la sopa de ajo, la olla de trigo, los gurullos, las gachas, las patas de cordero estofadas y los hornazos. Todo esto sin olvidar los ricos melocotones y albaricoques que se producen en esta localidad de la comarca de Almanzora.

Enclavado en el margen derecha del río Almanzora se alza Purchena, un pueblo blanco de raigambre morisca que es la capital histórica y administrativa del valle alto del Almanzora. En el paraje de los Churuteles se hallan restos de una comunidad campesino-metalúrgica, de la etapa Eneolítica, comparable por su extensión al poblado de Los Millares. Entre sus principales monumentos se encuentran la iglesia parroquial de San Ginés, de estilo mudéjar-renacentista, y los restos de la fortaleza árabe. En su gastronomía destacan la repostería de raíz árabe y licores como la “mistela” y la “cuerva” y de sus vides se obtienen excelentes caldos. Entre sus tradiciones destacan, además de la peculiar Quema del muñeco que simboliza el final del carnaval, los Juegos Moriscos de Abén Humeya. Esta fiesta ha sido reconocida por el Instituto Andaluz del Deporte como el único evento deportivo de Andalucía en el siglo XI. Los Juegos Moriscos están basados en los hechos que tuvieron lugar en 1569, año en que Abén Humeya, durante la guerra morisca, convocó competiciones musicales y deportivas. Abén Humeya es el modo por el que se conoce en la historiografía española a un noble morisco, de nombre cristiano Fernando de Córdoba y Válor. La localidad almeriense de Purchena recuperó este acontecimiento en 1993 y, desde entonces, cada una de las ediciones ha contado con una excelente acogida de público y de participación. Cada día se escenifica fielmente lo ocurrido en 1569 continuando con una actividad deportiva, cultural y musical. Así, se celebran carreras de caballos a la morisca; lucha, según reglas propias; levantamiento de piedra y sostenimiento de ladrillos; carreras de velocidad y triple salto y pruebas de tiro con arco, lanzamientos de cantos y tiro con honda. Todas estas pruebas admiten competición de atletas que anhelan ganar la corona de laurel y el premio en metálico que Abén Humeya entrega a los vencedores de cada prueba. Los Juegos de Abén Humeya suponen igualmente una importante muestra de nuestro legado andalusí, con los concursos de música, canto y danza, el concurso de gastronomía tradicional, la muestra de cocina magrebí y el sorprendente zoco artesanal, todo ello enriquecido cada noche por las actuaciones de prestigiosos grupos de música andalusí. La Consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía los ha declarado de Interés Turístico Nacional.

Junto a Purchena se hallan los municipios de Macael y Olula del Río, en la zona norte del Almanzora, en la denominada comarca del Mármol. Aquí se localizan los ricos yacimientos de mármol, encontrándose grandes reservas de inmejorable calidad, acreditados como los mejores de España y en competencia creciente con los italianos de Carrara. Una ruta que parte de Albanchez y recorre 11 municipios hasta Cantoria permite conocer cómo se extrae el mármol de las canteras, además de poder visitar en Chercos el Centro Tecnológico Andaluz de la Piedra Natural. Una de las tradiciones más llamativas de esta parte del alto Almanzora se desarrolla en Olula del Río. Entre los días 20 y 23 de enero este municipio celebra la festividad de sus patrones, San Sebastián y San Ildefonso, declaradas Fiestas de Interés Turístico de Andalucía. Conocidas como las fiestas del Pan y de las Carretillas, los vecinos lanzan miles de carretillas creando un aspecto fantasmagórico de pólvora y fuego. Una vez finalizada la tirada de carretillas, comienza la fiesta gastronómica, ya que en las ascuas de las lumbres se asan morcillas, chorizos, chuletas, patatas y se bebe hasta casi de día. El 20, día de San Sebastián, se conmemora con una procesión muy peculiar que comienza con la salida de los santos de la Iglesia Vieja. A su paso se les arrojan roscos y roscones desde los balcones, ventanas y terrazas. Dichos roscos solo se hacen para esta ocasión, siendo promesa o tradición el arrojárselos a los santos. La multitud que acompaña intentan cogerlos en el aire y se los guardan en la cintura, donde han formado una especie de saco alrededor de su cuerpo.

Otra tradición de gran arraigo en la comarca es el día de la Virgen del Saliente de Albox, que se celebra tradicionalmente el día 8 de septiembre. Es en la víspera cuando se inicia la peregrinación al santuario del mismo nombre, situado a 18 kilómetros del pueblo y cuya construcción conmemora una aparición mariana ocurrida en el siglo XII. Debido a su escasa talla, unos 60 centímetros, esta imagen mariana es conocida popular y cariñosamente como “La Pequeñica”. El Monasterio del Saliente es el centro religioso de Albox y de toda la comarca del Almanzora. Se trata de una enorme construcción de piedra que se encuentra en la Sierra de las Estancias, en un paraje sin vegetación. Antiguamente allí existió una ermita más pequeña. Sin embargo, debido a la gran afluencia de peregrinos, en 1762 se construyó el edificio actual, que pertenece al estilo barroco. La imagen de la Virgen del Saliente se encuentra en el interior del monasterio. Se trata de una talla pequeña y bella, de madera policromada, la imagen más venerada de toda la comarca. Los días previos a la fiesta, muchos romeros de otros puntos de la comarca inician su peregrinación hacia el santuario. La ofrenda de albahaca es tradicional en esta peregrinación, si bien en tiempos más recientes, coloridas y variadas flores acompañan a la citada planta aromática tan común en esta región del sureste español. Otros monumentos de carácter religioso que merece ser visitado es la ermita de San Antonio, erigida durante el siglo XVII. Entre la arquitectura heredada del periodo de dominio musulmán se encuentra la Torre y el Aljibe de la Aljambra, que aún se sigue utilizando. Como último punto de la ruta turística los visitantes pueden acudir a la torre de Terdiguera y al Cerro del Castillo.

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