Gastronomía de Semana Santa (Gérgal)
En estas fiestas es cuando más encontramos una gastronomía propia y típica, cuando las normas de los ayunos y abstinencias eran más severas, no se comían carnes durante los Miércoles y Viernes de la Cuaresma.
Hay una serie de alimentos y comidas asociadas claramente a la Semana Santa. Así es habitual comer huevos (símbolos de fertilidad y vida), leche y pescado, indudablemente influenciado por el mandato católico de abstinencia de carne. Durante muchos años el menú más frecuente que solían consumir las familias gergaleñas el jueves o viernes Santo era más o menos el siguiente:
De primero, potaje de bacalao, tienen como base el bacalao (producto de fácil conservación y en tiempos remotos "asequible de precio") es famoso el potaje de vigilia o de Semana Santa.
De segundo, platos elaborados principalmente con huevos y pescado, destacando las tortillas de todo tipo (patatas, bacalao, acelgas, ajetes, guisantes, etc.) los boladillos de bacalao y los escabeches, tanto fríos como calientes.
De postre, los elaborados con leche y huevos, destacando el arroz con leche, torrijas, las natillas los huevos a la nieve, la leche frita, los papaviejos, los borrachillos, las hojuelas y todo tipo de roscos , que van desde los de naranja o vino, a los fritos en la sartén.
Pero si hay un alimento plenamente identificado este es el buñuelo. Rara era considerada la familia, que no teniendo luto, pues en ese caso no se podían elaborar, no hacía su lebrillo de buñuelos para comerlos durante toda la semana, tanto en el desayuno, como con el potaje del mediodía, o de merienda o cena con café o leche. Aunque en Gérgal no puede faltar los típicos "hornazos", el pan de aceite y el pan dormido.
Recetas
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