Benínar

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El Pantano de Benínar. Debajo de estas aguas se encontraba el pueblo de Benínar

El pueblo de Benínar está situado en la provincia de Almería bajo las aguas del Pantano de Benínar. Del antiguo pueblo solamente han quedado en pie su pedanía, Hirmes, y algunos cortijos, como los de la Veguilla de Cintas. Administrativamente depende ahora del Ayuntamiento de Berja.

Benínar estaba situado sobre una ladera, en el valle del río Grande de Adra, entre Sierra Nevada, la Sierra de Gádor y la Sierra de Cintas. Su orografía es muy abrupta, combinando en su tiempo una fértil vega con amplias zonas de pastos comunales.

Antes de su integración en Berja, limitaba con los términos municipales de Turón, Darrícal y la propia Berja.

Origen etimológico

La palabra Benínar es muy sugerente, ya que procede de la castellanización de la expresión del árabe clásico:

"Hijo del fuego"

En el árabe clásico, hijo del fuego se pronuncia:

"Ibn-annaar"

donde "Ibn" (se lee "iben", con una e breve) significa "hijo"; mientras que "annaar" significa "el fuego" cuando está aislada y "del fuego" cuando está junto a "Ibn".

En letras arábigas se escribe de la siguiente forma:

Beninar en arabe.jpg

¿Pero cómo se pasa de Ibn-annaar a Benínar?e

Cuando "Ibn" (que es singular) se asocia a una comunidad de personas del tipo clan, tribu, patria, se convierte en plural, siendo ahora "Banou" (se pronuncia "benu"), "Abnaa" (se pronuncia "benna") o "Bani" (se pronuncia "Beni") Por ejemplo las personas de Málaga (los malagueños) en árabe se llamarían "Beni-málaga".

  • Si "Ibn", hijo, se asocia a una relación familiar, el plural que representa a los descendientes de esa familia se escribe castellanizado "Ben", sin la "i" o "Aben". Por ejemplo, en la revolución de los moriscos, el marqués Don Fernando de Válor, perteneciente a la familia de los "Omeyas" o "Humeyas", se nombra "Aben-Humeya".
  • Si "Ibn", hijo, se asocia a un término que no es referente a un clan o a una relación familiar se comporta como en el caso de los clanes o tribus, pero con la particularidad de que en muchos ocasiones aparece una discordancia en el género. Es el caso de la expresión "Hijo del fuego", que es correcta en árabe clásico y en español; pero la expresión "Hijos del fuego" es malsonante en el árabe clásico (asocia un plural, hijos, a una singularidad, fuego), aunque es correcto en el español y en el árabe andalusí.

En aquellos tiempos, los moriscos no hablaban el árabe clásico, sino un dialecto andalusí, en el que el término "Ibn", singular, en plural es "Beni", pero sin importar nada asociarlo a una singularidad como "annaar" (el fuego). Es decir, los habitantes de Benínar y su pueblo, se pronunciaba así: "Beni-annaar" con el acento en la última "a". No importaba, por tanto, la discordancia, ya que un árabe de Arabia diría necesariamente "Ibn-annaar" (Hijo del fuego), mientras que el morisco preferiría decir "Beni-annaar" (Hijos del fuego)

La castellanización final se llevó a cabo transformando estructuras sonoras dífíciles de pronunciar, en otras más suaves y mejor adaptadas al oido castellano:

    • El sonido "nn" sonoro entre vocales se transforma en un sonido más sordo de una sola "n", y pasando la estructura "an" a desaperecer y pronunciarse solamente la "i" precedente.
    • La "a" larga, que hemos representado por "aa" pasa a la "a" corta del castellano, ya que el sonido largo no es habitual en nuestro idioma.
    • El acento agudo, en la sílaba "ar" pasa a ser llano en la nueva "i" generada.

El resultado es el que ya conocemos: Benínar, más fácil de pronunciar y más suave al oído.

Historia

Prehistoria e Historia Antigua

Los yacimientos arqueológicos más antiguos hasta ahora encontrados son de finales del Neolítico, de la Edad del Cobre, de hace 5.000 años, nos encontramos:

  • Asentamiento del Tajo de Cantamudos. Se encontró una estructura de planta circular de 17,5 metros de diámetro rodeado de un muro de piedra de 1,5 metros de espesor. Se encontraron restos de cerámica.
  • Cerrillo de la Hoya Cuenca. Se encontró un taller de fabricación de brazaletes en filitas, hojas de sílex, un hacha pulimentada de mármol blanco y diversos trozos de cerámica.

Después hay un vacío en el tiempo, hasta llegar a los romanos (siglo I d.C.), se encontró un fragmento de cerámica Terra Sigillata Hispánica en El Llano que, posiblemente por ella pasaba una cañada real que comunicaba los pastos del Campo de Dalías con Sierra Nevada. De la misma época es también el camino romano que al pasar por Peñarrodada ascendía a la Sierra de Cintas por el Cortijuelo y atravesaba El Llano.

De época muy posterior es el aljibe del Llano (siglo XVI-XVII), se llenaba con la lluvia y era para el ganado.

Clima

Benínar tiene clima Mediterráneo, con temperaturas medias suaves, veranos calurosos e inviernos algo frescos. La presencia de la nieve no es habitual en Benínar, pero en cambio se observa desde el pueblo la que cae abundantemente en Sierra Nevada. La precipitación media oscila entre 300 y 400 litros por metro cuadrado, aunque se alternan años muy secos con otros más lluviosos. También se caracteriza porque a veces se producen lluvias torrenciales que provocan riadas. La última riada de 1973 arrasó toda la vega de Benínar, y en la localidad cercana de La Rábita (Granada), junto a la rambla de Albuñol, provocó numerosos muertos.

Demografía

No se dispone de información anterior a la rebelión de los moriscos. A partir de esta fecha, hasta el último censo realizado antes de la desaparición del pueblo, es la que se muestra en la tabla siguiente

Vecinos y habitantes de Benínar
Año 1574 1594 1621 1752 1842 1860 1877 1887 1897 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970
Vecinos 10 4 9 - - - - - - - - - - - - - -
Habitantes 40 16 36 212 538 1093 1195 1065 965 984 930 960 953 800 666 599 594

Los tres primeros datos son referidos a vecinos (cabezas de familia), calculándose los habitantes aproximados tan solo multiplicando por cuatro. Los datos tabulados generan la siguiente gráfica:

Poblacion 3 siglos.jpg

Se aprecia que tras unos principios inciertos, Benínar sufre un crecimiento explosivo durante los siglos XVIII y XIX, alcanzando una población relativamente numerosa superior a los 1000 habitantes. Pero ya en el ocaso del siglo XIX y en los albores del XX se inicia el hundimiento de su población que finaliza con el éxodo masivo debido a la construcción del pantano.

Fiestas y costumbres populares

Fiestas patronales de San Roque y la Virgen del Carmen

Moros y Cristianos

Semana Santa

Corpus Christi

La verbena de San Juan

La celebración del año 2008.

Procesión en honor de la Virgen del Carmen (Hirmes)

En la pedanía de Hirmes, todos los años se celebra una procesión en honor a la Virgen del Carmen. La sencillez y el fervor, son los que dan belleza a este acto.

Las Pascuas y Año Nuevo

La matanza

Fuentes de Riqueza

Agricultura

La agricultura en Benínar fue de vital importancia para el desarrollo económico-social de las gentes que lo habitaron. Las crisis producidas en el campo repercutían rápidamente de forma fatal sobre las actividades diarias del pueblo. La historia demuestra que en las distintas ocasiones que la agricultura estuvo en decadencia o hubo alguna crisis en el sector, se produjo mucha emigración hacia las Américas o hacia Barcelona.

La agricultura en Benínar fué la base principal de la alimentación humana.

El suelo agrícola

En Benínar había una estructura suelta y de espesor variable, según el paraje y los distintos procesos físico-quimicos y biológicos que lo habían hecho apto para el desarrollo de las plantas. El suelo agrícola es la parte del terreno removida por los distintos aparatos de labranza y es el almacén de parte de los alimentos. Su color es generalmente del color del horizonte, o de la mezcla de los distintos horizontes (Según el lodo arrastrado de los montes). El agua fue de vital importancia en la formación del suelo, los arrastres del Río Verde, de la Rambla de Murtas, Turón, Rambla Carlanca, y de Abarcar, contribuyeron a ello. La construcción de pequeños pantanos y las aguas turbias rellenaron la Vega de Benínar.

El riego. Las acequias

Hay que destacar la gran importancia del riego en la Vega de Benínar, mediante conducciones de piedra y barro obtenido de los mismos arrastres. Las acequias mas importantes en Benínar fueron la Acequia Real o Acequia de la Vega, que tenía un recorrido de unos cinco kilómetros y cuya presa la tenía en el Molino de la Torrecilla, cerca del pueblo de Darrícal, con una derivación a su paso por Las Quintillas, y el Molino de Perejil. Regaba el Pago de las Luisas, siendo utilizado como fuerza motriz del molino.

La Acequia del Colón: tenía su presa en la Fuente Loro, y regaba el Pago del Colón que llegaba hasta la Cuesta de la Vigueta.

La Acequia del Molino del Puente, y del Pago del Lugar, que tenía su presa en Las Mojadillas y recorría un trozo bajo galería. En un accidente, hizo morir al dueño del molino en 1936, el 7 de julio. Siguiendo su recorrido por el molino, llegaba a regar la Vega del Lugar alrededor del pueblo, El Barranquillo y parte baja de Las Cebadillas.

La Acequia de los Arenales, que tenia su presa frente al Barranco el Capitán y regaba la ultima vega que se formó en Benínar, todas en el lado izquierdo del río.

La Acequia del Molino Hondero, que se encontraba en los Tajos del Cejor, regaba una pequeña vega, aguas abajo.

Por el lado derecho se encontraba la Acequia del Rincón Interior con poco recorrido, y la Acequia del Rincón de Abajo, que regaba el mismo, y el Haza del Limón hasta llegar al Molino las Tres Piedras, para coger la Acequia del Pago La Rambla que llegaba hasta la Fuentecilla de la Virgen.

Por último, la Acequia de La Mecila regaba dicha vega y daba agua al Molino de la Mecila.

Formas de riego

El hortelano de Benínar, por su experiencia, sabía la forma en que cada parata, o cada bancal, se tenía que regar, más que nada por las condiciones del suelo: Arcillosos , arenosos, limazo, etc. Por ello se hacía a manta, en caballones horizontales, en espiga, siempre teniendo en cuenta el cultivo que había plantado.

Abonos y fertilizantes

En Benínar los abonos químicos no tenían gran importancia. Sólo se utilizaban en sementeras, y como complemento de alguna deficiencia. Los más utilizados eran el sulfato amónico, los fosfatos y la potasa. Todo debido a la gran producción de estiércoles de origen animal.

Los abonos orgánicos son cualquier sustancia de origen orgánico (animal o vegetal) que aumente la fertilidad, como el estiércol y restos vegetales. En Benínar, el estiércol procedía de las cuadras. Variaba según la especie de animal que se orinaba en el corral y en la especie de alimentos que éste comía. También se aprovechaba mediante el laboreo los restos vegetales: así cuando se iban a arrancar las habas, de alto contenido en nitrógeno, se enterraban y servían para la siembra del maiz.

El laboreo de las tierras

El laboreo (labrar) se realizaba para mullir, airear, facilitar la penetración del agua, profundizar el espesor del suelo, ponerlo a disposición de las plantas y procurar su mejor desarrollo. En tiempos muy antiguos, en Benínar, se hacían las labores a brazo, mediante azada, alcanzando una profundidad de unos 20 a 25cm. Para cultivar una hectárea hacian falta unas 60 jornadas de una persona experimentada. Estas cabas casi siempre se hacían en paratas, y en zonas donde se iban a plantar huertos familiares. En bancales de gran extensión se hacia mediante yuntas, y los artilugios: ubio, timón, el arado de palo usado especialmente en secano, o la vertedera en tierras de vega, guiadas por una mancera. Para hacer el laboreo perfecto se regaba a manto en la vega, y después de unas lluvias en el secano.

La tierra tenía que estar en perfectas condiciones para proceder a su labranza. Ésta se determinaba por medio de una azada clavándola en la tierra. Si la tierra estaba dura, se decía que se "había pasado el jugo"; si la azada sacaba tierra pegada que "estaba pesada". En el término medio estaba su punto.

La labor se hacía con tiempo normal, ya que con el tiempo lluvioso perjudicaba el proceso. La labor en primavera era la mejor; se hacia cada vez que se sembraba.

La siembra se hacia "a voleo", antes de la labranza, cuando se trataba de la siembra de trigo, cebada o maíz.

Daños producidos por la climatología

El mayor temor de los hortelanos de Benínar, era el granizo, y mas aún, cuando las plantas estaban completamente desarrolladas: no había tiempo para su recuperación. Las lluvias casi siempre eran beneficiosas, salvo cuando las cosechas estaban en gavillas o en la era para su trilla.

Alternancia de cosechas

Los sabios hortelanos de Benínar sabían de lo importante de la alternancia o rotación de las plantas y de la mejora en el rendimiento de las mismas, debido al cansancio de las plantas y de la intoxicación de los humores que las raíces dejan en la tierra cuando está saturada, que provoca la desgana de las plantas. Por ello se recurría al método de rotación. Cada planta tiene unas exigencias de cultivo propias para su máxima producción. Los distintos abonados y laboredos más o menos profundos contribuyen a ello.

Las plantas herbáceas

Tenían en la agricultura de Benínar una gran importancia. El trigo, la cebada y el maíz, aseguraban la alimentación humana,y animal de todo el año. Entre los años 1939 al 1956 hubo numerosas plantaciones de maíz y, dada la escasez de alimentos de la postguerra, ya que el maíz es de un ciclo corto: ciento cinco días desde su siembra hasta la recolección. El cabo o la espiga servía para alimento de las bestias; la caña para picarla de cama en el corral; las zocas para la lumbre, dada la escasez de leña en aquella época (igualmente que el pabilo); la farfolla para relleno del colchón, por la escasez de lana. La siembra se hacia bien a golpe, o mediante surcos; luego se entresacaban las matas de exceso, y se aporcaban. Los granos de maiz poían ser de distintos colores. Las distancias entre plantas debia ser de 35 a 45cm. Su siembra se hacia en primavera.

Leguminosas

Las mas importantes eran las habas, por su utilidad en toda clase de alimentación, humana y animal. Después de su recolección se enterraban para fortalecer el suelo, gracias a su contenido en nitrógeno. Se ponían también yeros y lentejas pero en muy pequeñas cantidades, sólo para uso famliar.

Las algarrobas

De poca importancia solo existían varios árboles de esta especie.

Las judías

Las judías se sembraban como complemento a otras hortalizas. Al final de la recolección se secaba el fruto que quedaba.

Los garbanzos

En pequeñas cantidades para uso doméstico en.

Los tubérculos

La patata era de gran importancia, junto con el maíz. Introducida en España en el siglo XVI, su siembra en Benínar dió fin a "la hambre". Su riqueza en almidones la hacen merecedora de importancia,y por su cantidad de usos variados.

Remolacha

De poca importancia, aunque por el 1850, se descubrió como importante por su alto contenido en azúcar.

Plantas textiles

En Benínar por los años 1960 se plantó algodón, pero con muy poco éxito.

El esparto

De gran utilidad y gran aporte en mano de obra.

Plantas aromáticas

Una de las plantas importantes por su estilo, su olor, su belleza. Eran puestas en casi todos los huertos de los alrededores de las casas de Benínar.

Horticultura

La hortaliza era merecedora de calificarla de gran importancia, para su consumo diario, familiar y de recursos. Los huertos de verano fueron fuente de ingresos: ajos, cebollas, cardos, lechugas, coles, berenjenas, pimientos, tomates, melón... Se transportaban a las plazas de Berja, Dalías, Adra, Turón, y Murtas.


Árboles y frutales

El olivo: en Benínar hubo un olivo llamado el Olivo de la Campana, el mas alto del pueblo. Las plantaciones en Benínar se hacían en paratas, orillones y ramblizos donde había menos humedad, y en tierras pedrajosas. Las cantidades de fanegas que aportaban era según el volumen de los olivos y el medio de crianza, aunque normalmente la producción oscilaba entre 18 y 25 fanegas por hectárea. De vital importancia era la tala de las ramas verticales: la máxima productividad se da en las ramas horizontales. Su tala era precisa para que la producción fuera todos los años.

Frutales de hueso

El albaricoque y el ciruelo eran de escasa importancia, sólo para uso familiar.

Frutales de pepita

Manzado, Peral y membrillo, de escasa importancia, sólo para uso familiar.

Nísperos e higueras

La higuera de Benímar fue famosa y recorrió los mercados de la zona. Se decía "Benínar y con brevas". También había algunos nísperos.

Los cítricos

La naranja fue trascendental en la agricultura de Benínar. En las grandes hazas de la vega sus plantaciones fueron de naranjos.

El granado y la chumbera

No fueron relevantes.

La uva de mesa

De gran importancia en el siglo XIX y principios del XX. Tras la guerra civil la uva decayó para resurgir con fuerza en la década de los 50 y 60. Se cultivaba principalmente para exportación y vulgarmente se denominaba "uva del barco".

Véase también

Enlaces externos

Referencias

Este artículo incorpora material de una entrada de Wikipedia, publicada en castellano bajo la licencia GFDL.


Ganadería

Minería

Lugares de interés

Gastronomía

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http://www.andalupedia.es/p_termino_detalle.php?id_ter=2307

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