Hornos de calcinación de Lucainena de las Torres

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Hornos de Lucainena de las Torres.

Los Hornos de Calcinación de Lucainena de las Torres, suponen uno de los vestigios arquitectónicos más importantes de la época en la que Lucainena de las Torres tuvo una gran relevancia dentro de la economía provincial, al ser un enclave minero muy importante desde el que se suministraba hierro a los Altos Hornos de Vizcaya, en Bilbao, que se evacuaba en ferrocarril a través del embarcadero de Agua Amarga, en Níjar.

MAPA DE SITUACION

AUGE MINERO

En el Siglo XIX los afloramientos de minerales de hierro en Lucainena de las Torres llamaron la atención de los especuladores y mineros, pero sin un medio de transporte adecuado no era posible explotar económicamente estos yacimientos.

D. Juan Alonso Allende, ingeniero responsable de la dirección técnica de la compañía minera de Setares, propiedad de Sota y Aznar, visitó en 1892 varias minas situadas en Lucainena de las Torres que se disponía a explotar el británico Hermann Borner. En 1893, de la Sota llega a un acuerdo con el comerciante alemán Otto Kreizner y Losser, ambos proponen a Borner la explotación de las minas de Lucainena. La presencia de Kreizner es lo que hizo mucho más fácil la entrada del hierro de Lucainena en el mercado alemán.

Para ello, el naviero Ramón de la Sota, junto a O. Kreizner y H. Borner fundaron en Bilbao en 1893 "La Compañía Minera de la Sierra Alhamilla".

dibujo sobre como sería la explotación minera

Así pues, durante tres años construyeron un ferrocarril desde Lucainena hasta la bahía de Agua Amarga, donde se instaló el almacén-deposito de minerales y un cargadero en mar abierto del tipo Cantilever.

Para conectar las minas situadas en la parte alta de la sierra con la estación de Lucainena se construyó un plano inclinado automotor de 600 m.(el burrucho), que más adelante se seccionó en dos tramos. El primer barco se cargó en Agua Amarga en 1896.

Durante tres años se explotaron los criaderos de la parte alta de la sierra, óxidos de hierro de gran pureza, que se cargaban en el barco prácticamente como se extraían de la mina, pero debido al descubrimiento de la riqueza del subsuelo, el trabajo también se realizó en el interior.

Así pues, a medida que avanzaban en la explotación aparecía menos óxido y más carbonato de bastante menor riqueza de hierro y que requería ser calcinado en unos hornos especiales para que adquiriese la riqueza (el tenor) que demandaba la industria siderúrgica.

FUNCION DE LOS HORNOS EN LA ANTIGÜEDAD

De esta forma aparecen a escena nuestros protagonistas en esta historia real. Para ello la antigua Compañía Minera de Sierra Alhamilla, en 1900 empieza a construir dos nuevos hornos de calcinación en un lugar próximo a la estación de Lucainena, un año más tarde la Compañía decide emplazar otros seis hornos junto a los dos anteriores dada la absoluta supremacía de los carbonatos en la producción de las minas. Las vagonetas volcaban en un depósito y después de sufrir una ligera selección manual, el mineral era cargado en unos vagones especiales de descarga lateral que lo conducían hasta la parte superior de los hornos a la cual accedían por unas vías livianas plataformas.

Se estima que cada horno tenía unos 20 metros de altura y que su capacidad era de 50 toneladas de mineral calcinado por horno y día. Una vez calcinado el mineral se seleccionaba y se cargaba en vagones que a través de un plano inclinado llegaban cargados a la estación de Lucainena desde donde salía el tren hacia el cargadero de Agua Amarga.

CRISIS MINERA

La explotación de las minas vino en decadencia por diferentes factores, junto a la crisis siderúrgica europea y española durante unos años, se unieron la competencia de los minerales norteafricanos y las mejoras salariales introducidas en la época.

A los problemas propios de las explotaciones mineras se unió el de la falta de personal, debido a los fuertes movimientos migratorios registrados en la provincia de Almería.

Tras una ligera recuperación, la empresa continuó hasta 1931, año en que, ante la imposibilidad de exportar sus hierros, la compañía se vio obligada a suspender temporalmente la circulación del ferrocarril. Después de la Guerra Civil, se reanudó de nuevo, pero esta ilusión duró poco tiempo, cesando por completo en 1942 la explotación y desmantelando las instalaciones, tanto minera como ferroviaria.

REMODELACION DE LOS HORNOS

Habría que remontarse hasta el mes de noviembre de 2009, durante la celebración de la "I JORNADA TECNICA DE LA VIA VERDE", donde aprovechando esta jornada sobre lo que suponía la Vía Verde de Lucainena de las Torres y la inminente apertura de dicho trayecto, también se presento en sociedad el proyecto de rehabilitación de los Hornos de calcinación.

Hornos antes de la rehabilitación

En esa ocasión se mostraron los planos de la obra, elaborados por el arquitecto Dº. Luis Castillo, de lo que se pretendía hacer en ellos y como quedarían, poniendo en valor parte del pasado minero del pueblo y suponiendo un complemento muy importante dentro de lo que suponía el producto turístico de la Vía verde.

Así pues las obras de rehabilitación comenzarón a mediados del año 2010 a cargo de la empresa Rehabitec, y concluyeron en los primeros meses del 2011.


Acto de inauguración

Finalmente, el 27 de marzo de 2011, el alcalde de Lucainena de las Torres, Dº Juan Herrera Segura, junto con la presidenta de la Mancomunidad de Municipios para el Desarrollo de los Pueblos del Interior, Dª. Águeda Cayuela Fernández, dieron por inaugurada la rehabilitación de los Hornos de calcinación de Lucainena de las Torres.

La obra supuso una costosa inversiónde 300.000 euros en la que se implicaron, la Mancomunidad de Municipios, la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, la Diputación y el propio Ayuntamiento. De forma resumida en la obra lo que se hizo fue, dotar a este entorno con paneles en los que se explica cómo funcionaban los ocho hornos que tenían como función principal separar las escorias del hierro.

Hornos después de la rehabilitación


Uno de los hornos (el primero con el que nos encontramos tras llegar a las instalaciones) ha recuperado su estructura original, los otros han sido objeto de obras de mantenimiento para evitar su deterioro.

El horno rehabilitado alcanza una altura de 20 metros y está equipado con una escalinata de entre 60 y 70 escalones a través de la cual se accede a la parte superior y desde ahí a un pasillo que lo rodea a través del cual se aprecia una amplia panorámica tanto de los otros hornos como del entorno próximo. La zona donde se ubican ha sido acondicionada y equipada con un aparcamiento y se han mejorado los accesos.

FUNCION DE LOS HORNOS EN LA ACTUALIDAD

Sin duda en la actualidad su función discurre en el plano turístico de la zona, para atraer al público que esta ávido por conocer más sobre la historia de los pueblos del interior de Almería y, por supuesto, unido a un turismo minero, del ferrocarril y verde, ya que supone un lógico complemento turístico para quien quiere hacer las rutas de senderismo ligadas a la Vía Verde, que nacen de este pasado minero al que pertenece los Hornos de calcinación. Por ello se ha dotado de unas instalaciones que facilitan un recorrido por los hornos puediendo disfrutar de unas maravillos vistas.


Vídeo promocional de la Vía Verde

El acceso a la batería de hornos se puede realizar de 2 maneras, una sin entrar al municipio a través de la carretera que une Lucainena con Turrillas hasta un desvío, perfectamente señalizado, que lleva hasta un aparcamiento próximo, o bien una vez que estamos en Lucainena podemos acceder por una carretera que nace por la espalda de la Iglesia y que se dirige a las Colmenillas hasta un desvío, perfectamente señalizado, que lleva al aparcamiento anteriormente referido. Desde aquí, se inicia la visita, que comienza en la explanada de entrada, donde se encuentra un panel explicativo sobre la explotación minera y el ferrocarril.

Tras pasar por una pasarela que salva la zona donde se cargaban los vagones con el mineral calcinado, se puede entrar al primero de los ocho hornos, el único recuperado íntegramente, incluso en sus partes metálicas, desmanteladas cuando cesó la actividad, ya que el resto solo se han consolidado para evitar su ruina. Junto a este primer horno, otro panel explicativo habla de su funcionamiento y de los procesos de calcinación del mineral. Ya en la parte posterior, una escalera metálica permite acceder a un nivel superior del terreno y, desde aquí, a la parte de la chimenea de este horno, donde se contempla una panorámica de la batería  y una espectacular vista del valle de Lucainena. En esta parte, existe un tercer panel explicativo sobre la geología de la zona.


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