Francisco Capulino "Capuleto"

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Francisco Capulino-Lanuza Pérez, artísticamente conocido como Capuleto (n. Almería, 1926 - Almería, 5 de noviembre de 2009).

Biografía y trayectoria

Desde muy niño dio muestras de su talento, formándose en la Escuela de Artes e integrándose en el círculo de Jesús de Perceval. Integrado en el Movimiento Indaliano cosechó sus primeros triunfos, tanto en la exposición del museo de Arte Moderno de Madrid en 1947, como las sucesivas ediciones del Salón de los Once (apadrinado por Eugenio d’Ors) y en la Bienal Hispanoamericana.

Junto con otros indalianos y de la mano de d'Ors expone a finales de los años 40 en diversos eventos en la capital, como la IV Exposición Antológica de la Academia Breve de Crítica de Arte, celebrada en 1948. Participaría también en la V, en 1949, junto a Modesto Ciruelos, Benjamín Palencia e Ignacio Pinazo, y en la VI, en 1950, junto con Francisco Cossío, Joaquín Sunyer y Antoni Tàpies. También en 1948 participó en el VI Salón del los Once, el dedicado a los indalianos (al que concurrió con Perceval, Miguel Cantón Checa o el grabador hispano-estadounidense Federico Castellón), y dos años más tarde, en 1951 en el VIII, junto con Rafael Zabaleta o José Caballero. Estos eventos y otros a los que fue invitado, como la Exposición Decenio de Arte Moderno, se celebraron en su totalidad en la Galerías Biosca de la capital española.

En 1950 marcha con una beca a Roma, para instalarse luego en Venezuela, donde residirá durante diez años. En 1965 regresa a Almería, donde, además de continuar con su labor artística, construye y dirige el hotel Indálico.

La también pintora María Capulino es su hermana.

Estilo

Sus primeras obras, de la década de 1940, se caracterizan por la estilización de las figuras, en un estilo que recuerda a Amedeo Modigliani.

Si bien adscrito al Movimiento Indaliano desde un principio, Capuleto será uno de sus integrantes más independientes y libres. Su lirismo sensual y expansivo, nutrido del paisaje, evolucionará hacia una áspera negación de los sentidos y un neofigurativismo de carácter expresionista. En efecto, a mediados de los años 50, las sensaciones pasan a dominar sobre las formas, centrándose su arte en formas cotidianas de una irrealidad descarnada.

Legado

A principios del año 2013, su viuda e hijos decidieron ceder al Museo Casa Ibáñez toda la colección particular de cuadros y dibujos que el artista almeriense conservaba en su casa-estudio de La Moraleja (Madrid). Una colección formada por ochenta y cuatro cuadros, a los que habrían de sumarse una veintena de obras de otros artistas con los que Capuleto mantuvo siempre una estrecha relación, como Guijarro, Jesús de Perceval, Francisco Alcaraz o Luis Cañadas.

Una colección significativa, tanto en número, como en la secuencia cronológica (desde 1943 hasta 2004), que permiten la valoración y estudio de la evolución plástica del pintor, desde sus inicios en la Escuela de Artes de Almería, hasta su madurez, a excepción de los años que viviese en Venezuela y Colombia.

Una selección de dieciséis obras de esta colección se exponen permanentemente, tanto en el espacio dedicado a la pintura Indaliana (donde comparte Capuleto espacio con Perceval, Cañadas, Cantón Checa, Alcaraz y López Díaz), como en la sala monográfica que la pinacoteca ha dedicado a Capuleto. Un espacio individualizado el que han quedado expuestas quince obras fechadas entre 1965 y 2001.

Actualmente también encontramos algunos cuadros suyos en el Museo Doña Pakita, gracias a la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino.

Imágenes

Visualiza algunos de sus cuadros aquí.

Vídeos

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Referencias

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