Setas de cardo (Bacares)

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Las setas de cardo o Pleurotus eryngii son típicas de Bacares Reciben esta denominación por crecer sobre el tronco de los cardos corredores (Eryngium campestre).

Descripción

El sombrero es al principio hemiesférico y luego aplanado de 3 a 12 cm de diámetro, con el borde incurvado y excéntrico con respecto al pie. De color muy variable desde el crema pálido hasta el pardo castaño oscuro. Las láminas están espaciadas, desiguales y decurrentes, color blanco al principio que pasan a crema. El pie es cilíndrico, macizo "como goma de borrar", color blanco. La esporada es blanca. Carne blanca, compacta.

Recolección

Es una excelente seta comestible típica de los países mediterráneos meridionales. Suele recolectarse junto a los cardos (Eryngium), sobre las raíces de la planta desarrollada en el año anterior, de los que se nutre. La existencia próxima de una mata de cardo permite identificarla sin correr demasiados riesgos, que siempre los hay en las setas no cultivadas. Por lo tanto no tenemos que buscarla en los bosques. Se la encuentra desde el final del verano hasta el invierno. Por el reducido espacio en donde habita, conviene ser sumamente cuidadosos al recogerlas, para no correr el peligro de esquilmar el setal. En su recolección hay que llevar navaja y cortar las setas por la base del pie, sin hurgar en el terreno, de modo que no se estropee el micelio que está creciendo en el sustrato, para que puedan salir nuevas floraciones. No arrancarla, sino cortarla, para evitar el descuaje del micelio y echar a perder la posibilidad de que se multiplique.


Usos culinarios

La Seta de cardo es una de las setas más sabrosas y apropiadas para todo tipo de platos. Son más sabrosas que los champiñones y pleurotus. La carne es blanca, de olor fúngico y sabor delicado. Es muy combinable con carnes, pescados y otras viandas, pues tiene un sabor suave y es de fina textura. Una de las formas de cocinarla que resulta muy simple de hacer, y se le saca mucho partido por resultar muy sabrosa, es a la plancha. Así mismo, la fritada de setas de cardo es un plato delicioso.

Hábitat

Las setas de cardo, chopo y paja se desarrollan bien bajo el clima mediterráneo: no necesitan grandes cantidades de lluvia, pero son muy sensibles a su abundancia. Crecen con las lluvias de otoño y primavera. Cuando las lluvias otoñales de septiembre-octubre sobrevienen con cierta generosidad, la cosecha de setas es muy segura. Cantidades de lluvia superiores a los 50 mm pueden ser suficientes para su desarrollo, sobre todo si se concentran en un lapso de tiempo corto -un par de días- que permita su penetración en las capas profundas del suelo. Las lluvias de noviembre-diciembre no son a veces suficientes, por cuanto a menudo se acompañan de frío excesivo y de heladas que dificultan o impiden la proliferación de las setas, pues las heladas tempranas de otoño o las tardías de primavera perjudican gravemente a estas especies. Lluvias de 200 mm en primavera u otoño, sobre todo cuando penetran bien en el suelo, son muy propicias a la multiplicación de los Pleuroti.

La seta de cardo crece sobre todo en terrenos calizos, sobre eriales, baldíos, espacios perdidos, que llevan unos años sin cultivar, sobre crestas y cuestas, sobre parameras calcáreas, aprovechando siempre la materia orgánica acumulada y, especialmente, la del tronco del cardo corredor, al que frecuentemente aparecen asociadas, alimentándose de su materia en descomposición o de sus raíces.

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