Historia:Santa Cruz de Marchena
Historia
El pueblo actual era la antigua Haratalgima o barrio de la mezquita (la mezquita aljama designa de ordinario la mayor de cada ciudad, destinadas a congregar obligatoriamente a los musulmanes varones durante la oración ritual del viernes, un símil podría ser la catedral), que junto con el lugar del Bolodu formaban la taha de Alboloduy. Fue la primera mezquita en transformarse en templo cristiano con el título de la Santa Cruz, que quedó como nombre del lugar. Así Santa Cruz se va formando durante la Edad Media a la vera de Alboloduy, la cual es una de las primeras alquerías que fundaron los musulmanes en el siglo VIII, instalándose soldados Yemeníes de la tribu de Quda. A partir del siglo XIII, al formarse el Reino de Granada con la dinastía nazarí, la Alpujarra se divide en tahas, una nueva unidad administrativa, surgiendo la taha de Alboloduy, la cual se componía de dos alquerías, una Alhiçan o Bolodud y la otra Haratalgima (Santa Cruz); esta última tenía dos barrios, Rochuelos y Belembín, destruyéndose el primero con el terremoto de 1522. Después de las Capitulaciones de Granada en 1492, la taha perteneció a Boabdil, junto a otras, como feudo hasta 1493, para concederlo definitivamente en 1504 a don Sancho de Castilla y Enríquez, señor de Gor, como recompensa por la ayuda prestada en la Reconquista. Según un estudio de Guillermo Valdecasas, al año siguiente muere don Sancho de Castilla, quien, a falta de descendientes, en su testamento (febrero de 1505) instituyó herederos a su padre don Sancho y a su hermano mayor don Diego de Castilla; éstos establecieron la capital de su señorío en la alquería de Haratalgima, sustituyendo el nombre por el de Santa Cruz. De esta forma Santa Cruz mantiene la capitalidad hasta el S. XVIII. Los comienzos del siglo XX fueron difíciles, produciéndose continuas tensiones sociales (campesinado pobre y en paro e inestabilidad política) y una gran sequía, situación que enlaza y se acentúa con la Guerra Civil y la posguerra. El pueblo se configura en la actualidad con los problemas comunes de la comarca, sequía y despoblación, pero avanzando paralelamente por la modernidad del bienestar y esperanzados por nuevas alternativas que palien sus problemas.
Santa Cruz, a la sombra de dos magníficos castaños, se perfila contrastando su origen toponímico de carácter sacro, la media luna y la cruz están omnipresentes después de cinco siglos desde la Reconquista. El pueblo actual era la antigua Haratalgima o barrio de la mezquita (la mezquita aljama designa de ordinario la mayor de cada ciudad, destinadas a congregar obligatoriamente a los musulmanes varones durante la oración ritual del viernes, un símil podría ser la catedral), que junto con el lugar de el Bolodu formaban la taha de Alboloduy. Fue la primera mezquita en transformarse en templo cristiano con el título de la Santa Cruz, que quedó como nombre del lugar. Así Santa Cruz se va formando durante la Edad Media a la vera de Alboloduy, la cual es una de las primeras alquerías que fundaron los musulmanes en el siglo VIII, instalándose soldados Yemeníes de la tribu de Quda. A partir del siglo XIII, al formarse el Reino de Granada con la dinastía nazarí, la Alpujarra se divide en tahas, una nueva unidad administrativa, surgiendo la taha de Alboloduy, la cual se componía de dos alquerías, una Alhiçan o Bolodud y la otra Haratalgima (Santa Cruz); esta última tenía dos barrios, Rochuelos y Belembín, destruyéndose el primero con el terremoto de 1522.
Tras las Capitulaciones de Granada en 1492, la taha perteneció a Boabdil, junto a otras, como feudo hasta 1493, para concederlo definitivamente en 1504 a don Sancho de Castilla y Enríquez, señor de Gor, como recompensa por la ayuda prestada en la Reconquista. Según un estudio de Guillermo Valdecasas, al año siguiente muere don Sancho de Castilla, quien, a falta de descendientes, en su testamento (febrero de 1505) instituyó herederos a su padre don Sancho y a su hermano mayor don Diego de Castilla; éstos establecieron la capital de su señorío en la alquería de Haratalgima, sustituyendo el nombre por el de Santa Cruz. De esta forma Santa Cruz mantiene la capitalidad hasta el S. XVIII.
En el siglo XVI también se refunden la taha de Marchena y Alboloduy, creando tal confusión con los términos limítrofes que quizás sea el motivo de llamarse actualmente el pueblo Santa Cruz de Marchena. Situación que se aclara en 1790 al pedir el duque de Maqueda el apeo, deslinde y amojonamiento de la taha de Marchena de la de Alboloduy. Al instalarse un nuevo poder, se crean edificios de nuevo cuño, que cambiarán la fisonomía física y espiritual de Haratalgima; donde se encontraba la antigua mezquita se construye la iglesia parroquial, dedicada a la Santa Cruz en un principio y a partir de 1678 a Santa María, aunque el patrón del pueblo es San Agustín. Es un templo de estilo mudéjar, del tipo de iglesias con la capilla mayor diferenciada, la cual tiene una bóveda de estuco vaída de época posterior, la techumbre de la nave es una armadura de limabordón con agramilado y un paño decorado con estrellas de ocho puntas y lazo de cuatro. La entrada principal es una portada adintelada con arco de medio punto y coronándolo una cornisa con perfil de gola.
El siglo XVI estuvo caracterizado por la sublevación de los moriscos y su definitiva expulsión tras su derrota en 1570, quedando Santa Cruz despoblado y sus campos abandonados. Comienza en 1571 a realizarse el apeo de tierras, para la posterior repoblación con cristianos viejos por la Pragmática de Felipe II, y en 1586 el alcalde y el regidor de Santa Cruz aprueban las ordenanzas para el gobierno de la villa en nombre del señor de Gor.
Santa Cruz se irá recuperando demográfica y económicamente a lo largo de los siglos XVII y XVIII para enlazar con el siglo XIX. En este período la economía estará afectada por la desamortización, que tuvo efectos negativos para el campesinado, aunque habrá una recuperación posterior con el cultivo de la uva de Ohanes, que crea una serie de servicios como la barrilería instalada en el pueblo y que aún hoy se recuerda. Políticamente, el hecho más trascendental será la abolición de los señoríos, consiguiendo Santa Cruz un nuevo régimen de independencia para su municipio en 1850.
Los comienzos del siglo XX fueron difíciles, produciéndose continuas tensiones sociales (campesinado pobre y en paro e inestabilidad política) y una gran sequía, situación que enlaza y se acentúa con la Guerra Civil y la posguerra. El pueblo se configura en la actualidad con los problemas comunes de la comarca, sequía y despoblación, pero avanzando paralelamente por la modernidad del bienestar y esperanzados por nuevas alternativas que palien sus problemas.