Salomé Rodríguez Tripiana "La Reverte"
En el año 1878, exactamente el 28 de agosto, nació una niña: María Salomé Rodriguez Tripiana, quien años más tarde hizo cambiar la historia de Senés y fue durante mucho tiempo la comidilla de los curiosos.
Con la entrada del siglo XX, cuando contaba con 22 años, irrumpió en el mundo de los toros. Se ignora en el pueblo qué fue lo que la impulsó a desarrollar aquella afición y su posterior decisión.
Sin tener en cuenta los consejos de sus familiares y amigos, haciendo oídos sordos a toda clase de comentarios, María Salomé con el nombre profesional de "La Reverte", debutó en la [[plaza de toros de Almería]], en una becerrada, el día 25 de julio de 1907.
Fue la primera torera y por ello, tuvo que enfrentarse a las críticas.
Ante el despecho y abucheo de la gente ella se mantuvo firme durante la corrida, pero por causas que se desconocen después de ésto no volvió a pisar el coso de la Avenida Vílchez.
Después y durante varios años, estuvo en festejos menores por varias provincias y luego pasó a Portugal, donde su nombre empezó cobrar notoriedad.
Una ley, dictada en 1908, prohibió la presencia de la mujer en festejos taurinos, imposibilitando la continuación de su trayectoria profesional en este campo.
Salomé, mujer valiente, de armas tomar, no se amilanaba y presentó recurso contra la orden ministerial.
Su vida quedó marcada por las numerosas críticas, quedando en entredicho su condición de mujer.
Pasado el asombro y el estupor entre sus aficionados y entre la gente que la conocían, La Reverte se saltó de nuevo las leyes a la torera (nunca mejor dicho),y decidió seguir toreando. Reapareció como novillera con el nombre de Angelaños Rodriguez Tripiana. Con su nueva identidad se presentó en la madrileña plaza de Las Ventas en un festejo nocturno.
Se dice que después de cumplir los 60 años, terminó como guarda jurado en un coto minero en la provincia de Jaén.
La historia, un tanto oscura, de una mujer realmente sorprendente y llena de coraje que le tocó vivir en aquella época de represión, llena de censuras y prohibiciones.
En aquel mundillo de los toros en el que bregaba, se cantaban unas coplillas haciendo mención a su aspecto varonil y a su coraje. Una de estas coplillas decía así:
Salomé La Reverte y olé
tiene un pañuelo (bis)
con cuatro picadores y olé,
tiene un pañuelo (bis)
con cuatro picadores y olé, (bis)
Reverte en medio.
No te tires Reverte y olé
por lo torero, (bis)
porque tienes toreando y olé, (bis)
mucho salero.
Referencia
Antonia Golbano Siles
Principales editores del artículo
- David (Discusión |contribuciones) [1]