La Matanza (Serón)

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La Matanza del cerdo

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Entre las actividades más tradicionales de nuestro pueblo destaca por sí sola la matanza familiar.

El cerdo a sido, sin ninguna duda, la base de la alimentación de los seroneros en los últimos años, prueba de ello es que la matanza constitiía un acontecimiento festivo y de primer orden en el ciclo anual.

Por los meses de noviembre o diciembre, que era cuando se sacrificaba el cerdo o los cerdos, las reservas de carne y embutidos de la matanza anterior ya se habían agotado, por lo que la nueva suponía la oportunidad de volver a comer algo consistente.

La matanza tradicional era muchos más laboriosa que ahora, puesto que no se disponía de las herramientas mecánicas con que se cuenta hoy en día.

El trabajo en si, se repartía a lo largo de tres días.

  • El primer día se pelaba la cebolla y se picaba con una navaja o piqueta, a continuación se cocía y se ponía a escurrir, mientras tanto, se tostaban las almendras, los pimientos y todo lo preciso para ganar tiempo para el día siguente, que era el de la morcilla.
  • El segundo día se reunían los vecinos y amigos y se procedía a sacrificar el cerdo, se recogía la sangre de éste para luego utilizarla en la elaboración de morcilla y butifarra, se pelaba al animal con agua caliente y una rasqueta, se colgaba y se le extraía el mondongo y la asadura, y finalmente, se dejaba colgado durante toda la noche para que se helara.

Seguidamente, el personal asistente, en especial las mujeres, se repartía el trabajo de lavar las tripas, partir la asadura y hacer las migas, que era la comida propia de este día. Terminada la comida se llenaba la morcilla, lo cual había que hacer a mano, y ya por la tarde noche se procedía a su cocido en la caldera, que había estado puesta en la lumbre para que el agua hirviera el agua.

"Para colgar el chino, los hombres siempre se hacían los remolones poniendo tal o cual excusa, hasta que los anfitriones de la matanza obsequiaban con alguna copita".

La noche del segundo día de matanza o día de la morcilla, se hacía una olla, después de la olla era costumbre comer una ensalada de berza, con granás, uvas, agua, vinagre y aceite.

"Comer la ensalada de berza era casi siempre motivo para la broma. Unos metían el apargate en la ensalada a modo de cuchara, otros la llenaban en un orinal, o bien se escondían pequeños animales en medio de la verdura. El resultdo era que casi nadie acababa de comer".

  • El tercer día se despedazaba el cerdo, se picaba la carne, menos los jamones, paletas y tocinos que se salaban, y todo lo demás era para el chorizo, longaniza, butifarra y blanquillo. Para este día se solía hacer un arroz con carne, o bien, carne o morcilla asada.

Alrededor de la matanza siempre se creaba un interés por parte de los vecinos y conocidos.

"Era frecuente que los jóvenes echaran por la chimenea de la casa donde se realizaba la matanza, el gancho o el puchero, con una nota para que les colgaran en él alguna morcilla o un poco de olla. La respuesta a esta petición era casi siempre la esperada, aunque algunas veces se buscaba un rato de risa, al devolverles el gancho o la olla con una o varias morcillas llenas de serrín o peladuras de patata".

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