Fuentes de Terque

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El lavadero, los caños de estilo árabe y la nueva fuente frente al teatro

Terque ha dado un paso adelante en su desarrollo turístico con la puesta en valor del lavadero y caños de estilo árabe de Terque, ambos del siglo XIX, y la nueva fuente junto al Teatro Manuel Galiana. El lavadero y fuente árabes de la localidad se van a convertir en uno de sus principales recursos turísticos, y así lo han apreciado todos los vecinos.

La remodelación del lavadero, del año 1859, y los caños de estilo árabe, construido en 1838, ha sido posible gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Terque, la Delegación de Turismo de la Junta y la empresa "Cuéllar Arquitectura del Mármol".

El lavadero y los caños fueron una herencia árabe, que antiguamente había servido como lavadero, abrevadero para los animales y fuente pública para los vecinos de la localidad. "En los años 80 sufrió una remodelación donde desaparecieron elementos muy característicos como los caños de la fuente o los abrevaderos".

En los últios años, Terque ha hecho una apuesta por el fomento del sector turístico y cultural con iniciativas que han marcado un antes y un después en el desarrollo del municipio. Con las ayudas recibidas por parte de la Administración se han llevado a cabo importantes acciones que han contribuido a este desarrollo: creación de dos miradores

Lavadero y Fuentes públicas

Con la finalidad de recuperar lo que fue en su día y darle el estilo árabe que siempre lo ha caracterizado, la firma almeriense Cuellar Arquitectura del Mármol ha llevado a cabo un proyecto que ha incluido la recuperación de los caños de agua, y ha levantado un edificio a base de arcos de herradura de ladrillo y piedra de las propias canteras de la localidad, el Travertino Ámbar.

Plan de Embellecimiento
Esta iniciativa –lavadero, los caños y la nueva fuente frente al teatro- se enmarca en el Plan o para las nuevas infraestructuras del riego por goteo. La fuente de nueva construcción, con un diseño clásico y que es la tercera actuación del citado Plan de Embellecimiento, situada en la rotonda que hay junto al teatro Manuel Galiana. La fuente ha sido construida por Cuéllar con la piedra que se extrae de las canteras de la zona, el Travertino Ámbar.

La obra desarrollada en Terque se enmarca en el modelo de Espacios Públicos de Turismo, una idea innovadora desarrollada por Cuéllar que busca dotar a los municipios, grandes y pequeños, de lugares que pasen a formar parte del patrimonio cultural y turístico del municipio por su singularidad.

Las fuentes de las Calle Albeniz y Calle Princesa tienen más de 50 años de antigüedad, tienen u gran significado histórico debido a que han estado en uso desde casi un siglo de historia del municipio de Terque, refleja la topología constructiva de la comarca recuperando con la memoria histórica y su dedicación es turística ya que constituye un aliciente al sector turístico que visita Terque.

La Sonda de Terque

Y el agua de la Sonda de Terque supone una fuente, aún no bien ponderada, de inmensas riquezas. El agua siempre ha sido la principal carencia de Almería y de esta región casi esteparia. Pero desde 1985 el Municipio de Terque ya cuenta con más de 120 litros por segundo, 432 metros cúbicos por hora, y unos 4 hectómetros al año de agua potable “de excelente calidad”, según los análisis de Laboratorio; abocado por entonces a desaparecer a consecuencia de las sucesivas sequías y consecuentes perdidas de cultivos. En 1986 se estrenaron las obras de canalización y 26 Municipios del Andarax, entre ellos Terque, fueron declarados por la Junta de Andalucía “zona agrícola de interés general” recibiendo desde entonces numerosas subvenciones para mejoras de infraestructura de regadíos y promoción de cultivos, hoy día destinadas sobre todo para las nuevas infraestructuras del riego por goteo.


Pozo de las abluciones de Terque

Historia

La cultura del agua ha estado presente a lo largo del tiempo en todas y cada una de las antiguas civilizaciones que poblaron el planeta. El desarrollo de estas dependió en parte del agua; elemento indispensable para la vida, lo cual hizo que cada una de estas civilizaciones entendiera a su manera dicha cultura, desarrollando creencias, mitos, arquitecturas y un sinfín de elementos relacionados con el vital líquido.

Para el mundo islámico el agua es origen de la vida creada por Dios. Es un don de Alá y se la representa en una amplia cultura de la sabiduría. Dar agua es ser piadoso, por ello la cultura musulmana otorga el agua como un bien público indispensable para todos, de esta manera es canalizada para que todo el mundo pueda hacer uso de ella y es llevada obligatoriamente a las mezquitas.

La sura 21, aleya 30, del Sagrado Corán recuerda al hombre este origen: “¿Es que no han visto los infieles que los cielos y la tierra estaban unidos y los separamos? ¿Y que hicimos provenir del agua a todo ser viviente? ¿No creerán aún?”

El agua siempre se considera un “Don Divino”. Por similitud con su sentido de gran perfección, metafóricamente se representa al agua como “bebida de la Sabiduría”.

La preocupación sobre la pureza del agua ha sido una constante en el mundo islámico, incluso en zonas donde no es nada fácil obtener agua. Para el musulmán, el agua ha sido creada pura por Dios; sin aditivo alguno y sin contaminación.

Los musulmanes desarrollaron canalizaciones, crearon baños, fuentes, alcázares de enorme belleza. Crearon la figura del aguador, regadíos... Es muy importante cuidar del agua y no desperdiciarla, debido a su carácter de vitalidad. No debe ser contaminada. La lluvia es una característica de la divinidad.

El agua, en el Islam, tuvo un papel importantísimo, por ser escasa en los espacios geográficos primitivos de donde procedían (los desiertos arábicos). Y lo fue mas en Al-Andalus, al encontrarla mas abundante, en aquella época, que en sus tierras de origen, dándole aún, si cabe, mas importancia.

Ibn Luyun dice que «El agua que corre hacia la parte oriental de las fuentes es buena, y la que mana en los pozos también_ pero considera aguas perjudiciales para las plantas las procedentes de los hielos y de las nieves perpetuas (¿...?)». Aunque todos los autores hispanomusulmanes consideran al agua de lluvia como la mejor.

Otro autor dice: «Bajo la tierra existen sorpresas, depósitos acuíferos, provenientes de filtraciones de la lluvia que, atravesando las capas permeables, se acumulan al llegar a un nivel impermeable, o auténticos depósitos milenarios, englobados en grandes oquedades rocosas subterráneas, que buscan circular, como auténticos ríos en su mundo sin luz, intentando salir a la superficie en forma de manantial o de fuente...».(Cherif Abderrahman Jah, El milagro del agua)

El agua tiene muchos significados dentro del Islam. No sólo es origen de vida sino que tiene un sentido purificador para el hombre, ya que purifica y limpia, tanto su exterior (el cuerpo) como su interior (el alma), éste con un sentido eminentemente espiritual. Con agua el musulmán se purifica, antes de sus plegarias y después del acto sexual; lavándose, también, las partes íntimas tras las cotidianas necesidades fisiológicas, buscando un estado de pureza corporal. Esta búsqueda de la limpieza y purificación del cuerpo entraña una necesaria infraestructura y servicio del agua, así como un carácter gratuito a nivel público.

Antes de rezar, el musulmán debe efectuar las abluciones. La ablución menor, es la habitual, consiste en el lavado de cara, manos, cabeza y pies. La ablución mayor, requerida en algunos casos, consiste en el lavado completo del cuerpo. ::Las mezquitas tienen un lugar, generalmente un patio, donde realizar este lavado ritual. En caso de no disponer de agua, puede practicarse la llamada ablución seca, frotándose con arena limpia.

Además de relacionados con las oraciones, las abluciones guardan relación con momentos importantes de la vida del creyente musulmán, como cuando realiza una peregrinación o bien ha de coger y leer el Corán, acto éste último que nunca debe ser realizado si el individuo no se encuentra en un estado de absoluta pureza.

Por su parte, los hispano-musulmanes devotos procuraban cumplir con los preceptos de la purificación, ya teniendo sus propios aljibes o pozos en sus casas, ya aprovisionándose de agua en las fuentes públicas. Si era necesaria el agua en las calles y casas andalusíes, era completamente imprescindible un servicio de agua en las mezquitas: único lugar donde no podía faltar.

En las mezquitas grandes era y es preceptivo instalar una gran fuente con caños, donde los devotos hicieran sus abluciones para la plegaria que correspondiera, así como instalar letrinas abastecidas de agua. Al ser cinco las plegarías al día, a distintas horas, durante toda la jornada se utilizaban con frecuencia estas fuentes.

En al-Andalus, como en cualquier otro lugar del mundo islámico, las ciudades y las casas debían contar con suficiente provisión de agua para cumplir esas normas. Una de las aspiraciones máximas de los soberanos andalusíes fue el de dotar de agua a las ciudades, llevándola a través de canalizaciones y haciéndola correr en las fuentes públicas.

Los árabes comenzaron a construir pozos alrededor del año 1100.

Los pozos eran construidos de piedra, los muros suelen ser de gran espesor para lograr un eficaz aislamiento. Para construirlos se excavaba en el terreno un hueco de cuatro a seis metros de ancho y de seis a diez de largo, realizándose la pared con bloque de piedra. Para permitir el descenso a su interior se formaba una escalera con bloques sobresalientes o se construía una manual de madera. El entorno del pozo tenía la función de facilitar la recogida del agua, para ello se limpiaba de vegetación y se aplanaba si era necesario.

De los pozos medievales, unos estaban desprovistos de brocal, por tanto, a ras del suelo, tapándolos con una losa (Collantes de Terán, 1977: 118)

En el siglo IX, a raíz de la conquista musulmana, Terque se desarrolla como núcleo urbano dentro de la Taha de Marchena. Los árabes tuvieron que construir una serie de obras civiles y religiosas. Buena muestra de ello son las ruinas que se encuentran en el cerro Marchena: la fortaleza, el aljibe y el cementerio musulmán.

Como obra religiosa, en ninguna población podía faltar la Mezquita. La primera Iglesia de Terque estuvo situada donde la mezquita mayor del pueblo. La Mezquita estuvo funcionando como Iglesia desde la conversión y confirmación de los cristianos nuevos.

La Parroquía desde su origen perteneció a la archidiócesis de Granada, y no sería hasta 1507 cuando pasaría a pertenecer a la diócesis de Almería. En aquella época, el Templo, contaba, al igual que el resto de las Iglesias de la Taha con una dotación ornamental sencilla pero suficiente para las necesidades de culto. Su única nave estaba presidida por un crucifijo y un retablo de lienzo embastado en madera con la imagen de Santiago.

Bajo un cimborrio dorado, estaba el altar o ara cubierto con sus corporales y decorado con un frontal de fustán de labores. Después se dejaría de utilizar la mezquita como iglesia y en la década de 1520-30 se comenzaría a levantar la nueva iglesia en el mismo lugar sobre las ruinas de la mezquita.

De la antigua mezquita se conserva la entrada lateral, y como hemos dicho antes, todas las mezquitas tenían una fuente o un lugar destinado a hacer las abluciones, de manera que las impurezas quedasen siempre fuera del recinto sagrado. Por eso, creemos que el pozo hallado junto a la iglesia puede ser el pozo de las abluciones., aunque es difícil su datación, esperamos que una vez comprobados los sedimentos que se encuentran en el fondo del pozo nos arrojen más información y hablar con más seguridad, porque sólo contamos con el contexto histórico de su ubicación junto a lo que fue la mezquita.

A partir de ahora, el pozo quedará visible e integrado en la nueva obra del solar, para su conservación y puesta en valor como apuesta clara de este ayuntamiento por preservar todo su patrimonio histórico como otro atractivo más del municipio.


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