Feria de San Agustín (Huécija)

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Se celebraba en Huécija en honor a San Agustín entre el 28 de Agosto y el 4 de Septiembre. Duraba 8 días, y era la feria de ganado más antigua e importante de la provincia de Almería.

Orígenes

Sus orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando tras el saqueo morisco y la despoblación sufrida en el municipio, Huécija volvió a recuperar parte del esplendor perdido. A ella acudían feriantes y ganaderos de muchos lugares. La gente de la comarca también venía a pasarlo bien. Era una feria con un gran ambiente.


Los puestos de Feria

Los puestos de feria los montaban en la entrada del pueblo (hoy calle Cristóbal Díaz Rodríguez, calle Campo, Plaza del Convento, calle Portería y calle Real. Los puestos que montaban donde no había casas estaban unos hechos de cañas y otros hechos de madera. Donde sí había casas, los feriantes alquilaban los bajos de las viviendas durante los ocho días que duraba la feria, días durante los cuales los inquilinos de las casas no podían hacer uso de esas dependencias. Para salir de las casas necesitaban hacer uso de los huertos que, por detrás, comunicaban unas casas con otras.

Había puestos de todo tipo: caballerías, puestos de ganado, bodegones (donde se hacían tratos para vender vino), talabarterías (puestos en los que se adquirían los aperos para las bestias), puestos del tío y la tía (una especie de diana donde si el dardo caía en la figura de un hombre ganabas y si hacías diana en la figura femenina perdías), hojalaterías, platerías, jugueterías, tiendas de navajas o de ajuares para las novias, entre otros. Uno de los puestos más antiguos que venían a la feria era la Turronera La Tía Rosica, donde se vendía turrón, yemas, garbanzos tostados, rosquillos o calabaza endulzada.


Un antes y un después

La feria, antes de la Guerra Civil Española en 1936, tenía más ambiente que en los años posteriores a ella. Por las mañanas la gente acudía a los bodegones a desayunar, donde era típico el café con leche acompañado de unos churros, y por la tarde servían bacalao frito con pimientos fritos y un vaso de vino. Después de la Guerra Civil, la feria fue cada año a menos: ponían menos puestos, ya no se vendía ganado y así sucesivamente hasta que desapareció a finales de la década de 1960.


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