El Pocico (Rambla de las Amoladeras)
Contenido
Descripción
Por el sendero que discurre entre Retamar y San Miguel de Cabo de Gata, denominado El Pocico-Las Marinas, llegamos a la desembocadura de la Rambla de las Amoladeras y desde allí podremos divisar, a unos cien metros a la izquierda, una especie de chimenea de piedra, que no es otra cosa que el revestimiento interior de un pozo de probable origen romano.
Podemos tomar un camino para acercarnos al mismo. Se le llama Pocico —de ahí el nombre del sendero— Con este nombre se conoce a una estructura cilíndrica en piedra, de aproximadamente 6 metros de altura por 1 metro de ancho. Se trata del revestimiento interior de un antiguo pozo, probablemente de origen romano, que ha quedado al descubierto, tanto por la acción erosiva de la Rambla de las Amoladeras como por la extracción de áridos para emplearlo como sustrato agrícola o para su uso en construcción.
El agua en la Rambla de las Amoladeras
La rambla de las Amoladeras está rellena de materiales detríticos (cantos, gravas, conglomerados, arenas y limos) depositados períodos de lluvias torrenciales. Dichos sedimentos permiten la circulación de agua a través de los huecos que quedan entre los granos. El agua se almacena en estos huecos y puede ser aprovechada mediante la construcción de obras de captación, como la del pozo, conocido como “El Pocico”, en uso desde la época romana.
La cantidad de agua acumulada es variable, siendo mayor tras períodos lluviosos intensos y prolongados, y menor durante largos períodos de sequía. Las extracciones también reducen el nivel del agua. En el caso de El Pocico, la presencia de dos bocas en la estructura es la respuesta a los cambios históricos en el nivel superficial del cauce de la rambla.
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