José López García

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Nombre

José López García

Fecha de nacimiento

1917

Lugar de nacimiento

Lucainena de la Torres

Profesión

Músico


José López García. Nace en Lucainena de las Torres el 30 de marzo de 1917. Fallece en Almería el 4 de febrero de 2002. Apodado: "El calero"

Su padre, minero de profesión, trabajaba por entonces en las minas de hierro de esta localidad, principal fuente de ingresos en la mayoría de las familias.

Con pocos meses su familia se traslada al municipio de Turrillas donde se dedican a la producción de cal para blanqueo de fachadas, la famosa cal de Níjar, y de su distribución por los pueblos colindantes a base de caballerías. Un trabajo durísimo, pues para hacer una calera entonces había que picar piedra, hacer el habitáculo donde colocarla, sellarla con tierra, cortar la leña, poner fuego y estar a la espectativa hasta tres días con sus tres noches para que no se apagase, todo ello en plena Sierra Alhamilla con viento, nieve, lluvia y frío. De ahí le viene el sobrenombre o apodo de "calero".

José creció y vivio en Turrillas durente 40 años. En este pueblo, también se casó y tuvo 4 hijos, y empezó a desarrollar ese duende que siempre llevó dentro, su amor por la música y su veneración por el acordeón, a pesar de que su primer instrumento musical fue una flauta, y un laud que adquirió en Almería capital en la casa de música Sánchez de la Higuera, en el año 1935, la única que existía entonces.

A partir de entoces no había minuto libre que no aprovechase para rascar dicho instumento. Era tal su tesón que cuando por las noches volvía de su trabajo lo primero que hacía era sentarse en el rincón y tocar su laud hasta bien entrada la noche. Así transcurren varios años tras los cuales decide un día marchar a Sevilla con el fin de mejorar su situación económica, no le fué muy bien, hechaba de menos sus caleras, su familía y sus muchos amigos.

Con mucho esfuerzo se compró un acordeón, iniciando una nueva etapa de su vida en la que este instrumento tuvo mucho que ver.

Autodidacta, sin conocimiento de solfeo pero con muchas ganas y más fe consiguio alcanzar un buen nivel adquiriendo gran reputación y fama en toda la comarca de Alhamilla-Níjar.

Entoces todos los cortijos estaban habitados y allí lo llamaban para amenizar una comunión, una boda, un bautizo o un famoso "velatorio" como promesa que se hacía a algún santo, en el que la gente se reunía toda la noche para bailar y comer.

Cuantas veces decía a sus hijos: "Hijicos la música nos ha quitado mucha hambre en esta vida", a pesar de que en muchas ocasiones ni siquiera le pagaban pero a él no le importaba si tocaba y hacía felices a los demás en aquella época de tanta penuria. Ni un solo día de trabajo perdió despues de tocar toda la noche.

Años mas tarde acondicionó un salón, (en el que cobrara la entrada a cinco pesetas), cerca de su casa para celebrar bailes todos los días de fiesta, navidad, carnavales o en las fiestas del pueblo, donde acudían mozos y mozas de pueblos y cortijos vecinos.

Tras esta época de varios años, su espíritu aventurero le llevó hasta Almería capital, donde se jubiló a los 60 años, debido a problemas con la vista, dedicándose a partir de entoces a tocar en salones de baile y dar clases de acordeón y de órgano.

Formó a muchos acordeonistas que amenizaban en los años 70 locales de baile como "El Potro", "El Aniceto en El Alquián, "El Calatrava en Tabernas y otros muchos por todo el campo de Níjar.

Pasa sus últimos días en Almería, donde fallece después de una grave enfermedad a los 84 años de edad, aunque sus restos se encuentran en el cementerio de Turrillas, su querido pueblo adoptivo, donde tiene una calle con su nombre y apodo.

Hoy en día sus acordeones se encuentran en poder de su único hijo varón, y de uno de sus nietos.

Pero no sólo sus acordeones han sobrevivido a él, sino que también su pasión por la música la ha heredado uno de sus nietos, Emilio J. Fenoy López, con el que compartio muchos momentos de diversión al tocar juntos, y que posteriormente cursó estudios de violín y actualmente ocupa una cátedra de violín en el Conservatorio de Murcia.

Panegírico

Poesía a la memoria de D. José López García

de
José González Barrios

(Tabernas, 1 de mayo de 2008)



Nacido en Lucainena
Y criado en Turrillas,
Este hombre muy avezado,
De la música, hizo maravillas.
De oído tocaba el acordeón,
También el laúd y la flauta,
Cuando salía del trabajo,
A la música, no daba pausa.
No dejaba la calera,
Autodidacta por obligación
Para aumentar su economía
Tocando el acordeón.
Para bodas y bautizos,
Le llamaban de otros pueblos
y consu música alegraba
A mayores y jovenzuelos.
Un nieto le dio su hija Lola
Heredero de su música._ él anuncia
Hoy imparte clases de violín
En el Conservatorio de Murcia.
Don Emilio J. Fenoy López
De casta le viene al galgo
También dirige orquestas
Por si les faltaba algo.
Esta familia tan singular
Estará siempre en la memoria
De aquel que la música alegre
Y con su música alegraba
Asentada permanece en la historia
Dios bendiga a esta familia
Que alegra los corazones
Con su música clásica
Por estas y otras razones


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